Historia de la conformación del fondo fotográfico documental

La fotografía está presente en la vida de las personas desde mediados del siglo XIX. Al comienzo, las temáticas principales fueron el retrato, los paisajes y la arquitectura. Con el inicio de la Primera Guerra Mundial nace la fotografía documental, esa que nos muestra estrictamente la realidad.

La fotografía es un patrimonio frágil, no solo por su misma esencia, ya que nada detiene su natural degradación en el tiempo, tan solo podemos retardarla; sino que también es frágil por la escasa importancia que le otorgan las personas al desconocer su valor histórico.

Por ejemplo, el Diario El Liberal de esta ciudad no contó con un departamento de fotografía hasta los años 60 encargando a un estudio del medio las imágenes que necesitaba. Al morir el fotógrafo todo el fondo documental fue arrojado al Río Dulce para desocupar las habitaciones en que se encontraba.

Cuando nos preguntamos sobre la importancia de la fotografía podemos respondernos sencillamente que la misma cuenta la vida de un pueblo.

La fotografía captura los momentos históricos y también la vida cotidiana de las personas.

Se dice que al ser tan aceptada por todas las clases sociales en el mundo se convirtió en un medio y un modo de expresión de la sociedad.

Es fundamentalmente un documento valiosísimo que nos facilita la reconstrucción del pasado a la vez que nos permite la otra mirada de la imagen.

Una fotografía de un grupo familiar al aire libre, tomada en 1940 nos permite ver la acequia de la avenida Belgrano, ya desaparecida, con sus característicos puentes peatonales, los árboles y las edificaciones.

Un retrato en Termas de Río Hondo tiene como fondo el agua que comienza a embalsarse en lo que será después el lago artificial de esa localidad.

Una toma de la casa de gobierno, actual Centro Cultural, nos ofrece una imagen de la Plaza Libertad que ya no existe.

En síntesis, cuando resguardamos una fotografía resguardamos un trozo de nuestra historia que legamos a generaciones futuras.

HISTORIA


El fondo de fotografía antigua de la Biblioteca Popular Jorge Washington Ábalos nació en el mes de septiembre de 2004.

Se concretó mediante la donación de un particular, el señor Gustavo Tarchini fotógrafo del medio, quién nos entregó una importante colección de fotografías, reproducciones y negativos de su propiedad recopilados a través del tiempo.

Con anterioridad ofreció tanto al estado provincial como municipal, la creación de este fondo con el solo pedido de que se garantizara la conservación de las imágenes y el libre acceso a las mismas. Al no lograrlo, decidió donarlo a nuestra biblioteca, de la que era socio, ya que sabía que las Bibliotecas Populares son instituciones abiertas a todo público y sin ningún tipo de restricciones, lo que le garantizaba, en principio, que cualquier persona interesada podría tener acceso a la colección.

El fondo en sí es de notable valor histórico. Abarca el período que va desde 1870 hasta mediados de la década de 1970 aunque ahora se están incorporando fotos de décadas más recientes, documentos y libros digitalizados de autores santiagueños difíciles de hallar en otros reservorios.

En el año 2005 se firmó un Convenio con el Museo Histórico Provincial, intercambiando en ese momento los archivos digitales que poseían ambas instituciones, ya que se entendió que ese patrimonio visual no pertenecía a sus circunstanciales tenedores si no a toda la comunidad.

Luego se fueron sumando diferentes colecciones de particulares, que nos prestaron las fotografías para su digitalización, al término de lo cual le fueron devueltas, prestando siempre la conformidad para el uso de las imágenes.

Las imágenes se encuentran en una base de datos que puede ser consultada gratuitamente en la sede de la biblioteca. Además contamos con una muestra itinerante con imágenes históricas seleccionadas, que fue llevada a distintos lugares de la provincia y se presta a toda Institución que la solicite.

Los objetivos que nos fijamos al comenzar con el desafío de conformar un fondo fotográfico fueron:

  • Conservación del patrimonio visual de los santiagueños.
  • Difusión del mismo, a los efectos que la sociedad conozca su pasado, y a la vez tome conciencia de la necesidad de conservar imágenes para generaciones futuras.
  • Brindar acceso a las imágenes y documentos sin restricciones ya que es innegable la importancia de la imagen como fuente de consulta para investigadores en general. Por ejemplo nuestro fondo fue consultado por historiadores, arquitectos, investigadores del patrimonio urbano, por citar solo algunos y las fotografías están incluidas en documentales, libros y tesis.

También debemos señalar que existen otros bancos de imágenes, tanto públicos como privados, pero no es fácil, por no decir imposible, acceder a ellos.

CÓMO TRABAJAMOS


En primer término se procedió a la digitalización completa del fondo donado reproduciendo fotografías y documentos en alta resolución. La digitalización nos preserva los originales a la vez que facilita la consulta.

Se reprodujo la imagen tal como se presentaba, salvo que en general se la llevó a escala de grises. También se reprodujeron los reversos de las fotografías que presentaban datos, como así también documentos asociados que se consideraron de valor, tales como notas en diarios, escrituras, decretos, etc.

Luego se procedió al inventariado y referenciación de las imágenes. Para lograr las descripciones históricas de las imágenes que no habían sido descriptas se recurrió a libros de historia, diarios de época, conversaciones con personas mayores y comparaciones con otras imágenes que pudieran acercarnos a la época de toma de la misma.

Se resguardaron las fotografía originales y negativos siguiendo las especificaciones para conservación, las mejores a nuestro alcance. Esto incluyó el ensobrado de fotos originales en bolsas de polipropileno, etiquetado con número de inventario, colocación en cajas de cartón libres de ácido. Todo se encuentra en armarios pintados al fuego en lugar fresco y a salvo de la humedad, con el fin de retrasar al máximo el deterioro natural de la fotografía.

Todos los archivos y datos conseguidos se volcaron a una base de datos que se diseñó con el aspecto de una página Web para facilitar la consulta. Existen muchos programas de administración de fondos fotográficos pero nosotros optamos por esta alternativa debido a los costos de tales programas.

La información que encontramos en ella es la siguiente:

  • Imagen en baja resolución
  • Número de inventario (que facilita el acceso a la imagen archivada en resolución alta, que es la que se entrega)
  • Datos técnicos tales como formato, medidas y soporte
  • Nombre del fotógrafo
  • Colección de procedencia o sea el nombre de la persona que donó las imágenes
  • Descripción histórica de la imagen y cualquier dato que se considere de interés

Finalmente se clonaron los archivos que se resguardan en diferentes lugares, fundamentalmente por razones de seguridad.

Debido a algunos problemas que tuvimos tal como el intento de duplicación del fondo, fijamos algunas pautas para su uso, por ejemplo la cantidad de fotografías que entregamos por proyecto, lo que no compromete la idea original de que el reservorio es de libre acceso.

Hay que tener en cuenta que el trabajo de armado y puesta en marcha del fondo fue realizado totalmente por voluntarios e implicó la capacitación en conservación de fotografías y papel, la gestión de fondos ante organismos para la compra de materiales y tecnología adecuada, muchas horas de trabajo físico e intelectual.

DESAFÍOS


Los desafíos que nos presenta el futuro, más o menos cercano, son variados pero entre ellos priorizamos los siguientes:

  • Tenemos la responsabilidad de capacitar a otras personas que nos sucederán en el trabajo, ya que de su empeño y apasionamiento dependerá la continuidad del fondo en el tiempo.
  • Se deben proveer los fondos suficientes para adquirir tanto los elementos de conservación necesarios como nuevas tecnologías que permitan su normal funcionamiento.
  • Debemos prever la migración de los datos ante los avances tecnológicos.

Al aceptar la responsabilidad de ser depositarios de la colección, teníamos en claro las dificultades que nos presentaba, realizamos el trabajo, continuamos haciéndolo, con entusiasmo y las mejores herramientas a nuestro alcance esperando que el mismo sea en provecho de todos los santiagueños.